En un mundo donde las fronteras son cada vez más permeables, la capacidad de anticiparse a los riesgos es fundamental. Canadá, como uno de los destinos predilectos para migrantes, enfrenta un reto particular: abrir sus puertas sin descuidar su seguridad. La labor del CSIS es detectar posibles amenazas antes de que puedan materializarse.
Un caso que puso a prueba esta misión fue en el Complot de Ontario en 2006, o también llamado los 18 de Toronto, una célula inspirada en Al Qaeda que planeaba sembrar el caos con toma de rehenes y atentados explosivos en puntos clave del país, incluyendo la sede del propio CSIS. Su misión no solo buscaba provocar destrucción, sino también enviar un mensaje de terror. Pero en una jugada maestra de infiltración, el agente encubierto Mubin Shaikh se adentró en el grupo, ganándose su confianza y logrando detenerlos justo a tiempo. La escena parecía sacada de una película de espías, pero para el CSIS, fue solo un día más en la batalla contra el terrorismo.
Fuente electrónica de la información:
La frase del día
"La victoria no está reservada para los más rápidos, sino para los más estratégicos"
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