En 2013, una investigación reveló que el CSIS había subcontratado la vigilancia de ciudadanos canadienses a las agencias pertenecientes a la alianza, una decisión que generó malestar en la población. Los ciudadanos, acostumbrados a la imagen de Canadá como un país transparente y pacífico, comenzaron a cuestionar qué tanto sabían sobre las actividades de su propio servicio de inteligencia. El gobierno, sorprendido, tuvo que lidiar con una pregunta incómoda: ¿Hasta dónde debe llegar la vigilancia para garantizar la seguridad? Incluso, el juez federal Richard Mosley, encargado de supervisar las autorizaciones de vigilancia, reprendió al servicio de inteligencia ante este hecho.
En el siguiente capítulo, nos traslados a Francia, donde analizaremos al DGSE y su especialización en la inteligencia corporativa y económica. Sin embargo, este enfoque le ha traído críticas a este servicio de inteligencia debido al mantenimiento de esta doctrina en sus ‘Neocolonias’.
Fuente electrónica de la información:
La frase del día
"La victoria no está reservada para los más rápidos, sino para los más estratégicos"
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