A partir de los años 90, Hamás adoptó tácticas más agresivas como atentados suicidas, sobre todo tras la masacre de la Cueva de los Patriarcas (1994) -cuando un israelí asesinó a 29 palestinos en Hebrón-. El grupo usó estos ataques como represalia y como muestra de fuerza, en contraste con la pasividad que muchos atribuían a la Autoridad Palestina. Durante la Segunda Intifada (2000–2005), Hamás adquirió más legitimidad entre sectores jóvenes al posicionarse como una alternativa activa frente al estancamiento de las negociaciones y el aumento de la violencia israelí. En 2006, ganó las elecciones legislativas, como vimos, y tras una guerra civil, Hamás tomó el control de la Franja de Gaza en 2007 -paralelo al de Cisjordania-.
Fuente electrónica de la información:
La frase del día
"Lo que otras personas no ven ni escuchan, no lo pueden arruinar"
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