Otro foco de crítica ha sido el impacto de sus acciones militares en la población civil. Israel sostiene que Hamás utiliza “escudos humanos”, esconde arsenales en escuelas y hospitales, y lanza cohetes desde zonas densamente pobladas. Hamás, por su parte, acusa a Israel de usar esta narrativa como excusa para bombardear indiscriminadamente, apuntando a que la desproporción en bajas civiles es abismal. Ya las organizaciones mencionadas anteriormente han señalado crímenes de guerra por parte de ambos bandos y le dan mayor énfasis al bloqueo israelí sobre Gaza prohibida por el derecho internacional.
A nivel geopolítico, Hamás también ha sido acusado de ser una ficha en el tablero regional de Irán. Su alianza con Teherán -más pragmática que ideológica, dado que no profesan la misma rama– ha sido instrumental para su supervivencia militar. Sin embargo, esto también ha generado suspicacias entre otros actores árabes. Tras los Acuerdos de Abraham (2020), que normalizaron relaciones entre Israel y varios países árabes, la narrativa occidental ha intentado aislar aún más a Hamás. No obstante, los recientes ciclos de violencia han demostrado que Hamás conserva una capacidad de disuasión significativa y continúa siendo, para millones de palestinos, el símbolo de una resistencia que no ha claudicado.
Fuente electrónica de la información:
La frase del día
"Lo que otras personas no ven ni escuchan, no lo pueden arruinar"
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