Una diferencia importante entre una lesión ante mortem y una post mortem es la presencia de signos de sangrado. Mientras la persona está viva, la sangre circula y cualquier herida, como cortes o puñaladas, sangrará. Tras la muerte, el cuerpo no suele sangrar. Sin embargo, hay excepciones. Por ejemplo, cuando una persona se ahoga, su cuerpo suele flotar boca abajo, lo que provoca que la cabeza se congestione con sangre. Si el cadáver sufre una lesión en la cabeza al ser zarandeado en el agua y chocar con embarcaciones o hélices, podría haber evidencia de sangrado. Las heridas en el cuero cabelludo sufridas tras la muerte también pueden sangrar.
Fuente electrónica de la información:
La frase del día
"El diseño es el embajador silencioso de tu marca" - Paul Rand
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Su comentario será respondido a la brevedad. ¡Gracias por comentar!