Otro caso más reciente de PSYOPS relacionado a esta temática, y que sigue teniendo repercusiones en los medios actualmente, es el derrocamiento de Bashar al-Ásad por las fuerzas rebeldes en Siria. Esta operación psicológica, cuidadosamente ejecutada, manipuló la narrativa para cambiar la percepción internacional. Entre las fuerzas rebeldes, un actor clave fue Hayat Tahrir al-Sham (HTS), una milicia que es considerada como una organización terrorista por varios países debido a sus raíces en Al-Qaeda. Sin embargo, mediante una campaña de rebranding y apoyo estratégico de potencias occidentales, HTS pasó a ser percibida como un actor legítimo.
Paralelamente, la imagen de Assad fue sistemáticamente demonizada a través de una combinación de propaganda mediática donde se le señalaba como dictador, y también debido a la presión diplomática de los países occidentales, lo que moldeó la opinión pública global hasta lograr su destitución. El reciente nombramiento de Ahmad al-Sharaa, líder de HTS, como presidente interino simboliza el éxito de una PSYOP de largo alcance, donde el cambio de régimen no se logró mediante una invasión directa, sino a través de una guerra de percepciones, cooperando con las fuerzas que ya estaban disputas a pelear y reconfigurando los aliados y enemigos según los intereses geopolíticos, en este caso, de occidente.
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La frase del día
"A veces es bueno que al barco le entre agua, así la gente cree que se va a hundir y se salen solos"
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