En el capítulo anterior, nos sumergimos en las operaciones ejecutadas por el Mossad, el servicio de inteligencia israelí, cuyas estrategias son material de estudio para agencias en todo el mundo por su eficacia en la protección nacional. Sin embargo, existe otro servicio de inteligencia que logra sus objetivos de manera completamente distinta, sin recurrir a las armas. Estamos hablando de China.
“China 2050” es más que una consigna política; es la visión de una nación que aspira a liderar el escenario global. Este sueño, formulado por el presidente Xi Jinping, apunta a consolidar un socialismo moderno que se proyecta al mundo a través de la diplomacia y el comercio. Para quienes negocian con el Partido Comunista Chino (PCCh), este intercambio no es opcional; es una conexión con el motor del comercio mundial. Su estrategia no pasa por construir bases militares ni empezar guerras. En su lugar, China utiliza su imponente presencia económica y una política calculada, tejida bajo la supervisión de su servicio de inteligencia: el Ministerio de Seguridad del Estado (MSS).
Fuente electrónica de la información:
La frase del día
"En lo básico está la grandeza"
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