El Mossad también se ha destacado por su capacidad de ejecutar operaciones preventivas de manera estratégica. Tras la Segunda Guerra Mundial, Israel se comprometió a llevar a juicio a los nazis que se habían ocultado en todo el mundo. En ese contexto, el Egipto de Gamal Abdel Nasser estaba contratando a antiguos científicos del Reich, el Mossad previó que se iba a desarrollar armamento nuclear por lo que tuvo que actuar. En 1962, se lanza la Operación Damocles, ideada para desmantelar el proyecto: espías, sabotajes y cartas bomba enviaron un mensaje claro a los colaboradores alemanes. Muchos abandonaron Egipto; los que no, pagaron un alto precio.
Otra de las acciones preventivas más emblemáticas ocurrió durante la Guerra de los Seis Días en 1967 que adelantamos en el primer capítulo. En este conflicto, el Mossad interceptó comunicaciones clave que revelaron los movimientos de tropas enemigas de Egipto, Siria y Jordania. Con esta información, Israel lanzó un ataque aéreo devastador que destruyó gran parte de las fuerzas aéreas enemigas, garantizando su superioridad en el campo de batalla. Este golpe triplicó el territorio israelí al capturar la península del Sinaí, Franja de Gaza, Cisjordania y los Altos de Golán. Esto le costaría enfrentar la Guerra de Yom Kipur, donde también resultaría victorioso y empezaría a negociar la devolución de estos territorios si lo reconocían como estado legítimo.
Fuente electrónica de la información:
La frase del día
"En lo básico está la grandeza"
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