Cuando Edward Snowden, exempleado de la NSA y de la CIA, destapó los programas de vigilancia masiva de Estados Unidos, dejó al descubierto un mundo donde nadie está a salvo de ser espiado. Desde ciudadanos comunes hasta líderes mundiales, todos somos monitoreados. Fue en ese contexto que Snowden, mientras filtraba sus documentos a periodistas como Glenn Greenwald, destacó públicamente el valor de Tails Linux como una barrera frente al espionaje gubernamental y que era una traba para la NSA.
Incluso, como nos documenta The Register en su artículo Use Tor or ‘extremist’ Tails Linux? Congrats, you’re on an NSA list, nos menciona que en los documentos de la NSA se ha etiquetado a los usuarios de Tails y Tor como «extremistas» y se monitorea su actividad en línea. Snowden se convirtió en un objetivo del gobierno estadounidense y tuvo que huir a Rusia, donde finalmente obtuvo asilo, pero su caso resonó con activistas de todo el mundo.
Durante las protestas en Hong Kong de 2019, donde se rechazaba una polémica ley de extradición a China, los manifestantes adoptaron herramientas de mensajería cifrada en la red Tor, entre ellas, con ayuda de Tails Linux para coordinarse y protegerse. Esta tecnología se convirtió en un salvavidas para movimientos que enfrentaban riesgos reales de persecución. En el siguiente capítulo, analizaremos ahora desde el punto de vista de los atacantes, veremos el tema del hacking, tanto a nivel privado como a nivel gubernamental.
Fuente electrónica de la información:
La frase del día
"En lo básico está la grandeza"
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