La inteligencia artificial en armas ya no es una hipótesis futurista: es una realidad que está transformando la forma en la que se hace la guerra en el siglo XXI. Lo que antes era ciencia ficción, hoy está presente en drones suicidas que eligen objetivos, misiles que corrigen su curso en pleno vuelo, robots terrestres que patrullan zonas de combate y sistemas que disparan sin que un ser humano lo ordene. El caso de Corea del Norte y sus nuevos drones con IA confirma que hasta los países más aislados están apostando por estas tecnologías como una prioridad militar. Esto cambia no solo el campo de batalla, sino también las reglas de juego de la geopolítica global.
Pero con cada avance tecnológico, surge una pregunta inevitable: ¿quién controla estas decisiones letales? La inteligencia artificial en armas plantea dilemas éticos urgentes. ¿Qué pasa si un sistema falla o si una IA toma una decisión equivocada en un contexto nuclear? Ya ocurrió en la Guerra Fría, cuando un error pudo haber desencadenado una catástrofe mundial y solo la intuición de un humano la evitó. Hoy, eso podría no repetirse. Por eso, entender esta nueva era no es opcional.
Fuente electrónica de la información:
La frase del día
"Nadie ama al guerrero hasta que el enemigo está en la puerta"
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