La frase del día:
“En los momentos de
crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento” Albert Einstein
ITER criminoso del secuestro
El iter criminoso del secuestro común suele
desenvolverse de la siguiente manera: se escoge a la víctima de acuerdo con su
solvencia económica personal o familiar; se allega el mayor número de datos
posibles sobre sus disponibilidades económicas, relaciones familiares y
comerciales, itinerario de actividades cotidianas, desplazamientos, etc.; se
escoge el sitio donde se dará el “golpe de mano” (aprehensión física de la
víctima) y aquel en donde se la ocultará mientras duran las “negociaciones”;
hecho estos preparativos, se sorprende a la persona mientras viaja a pie o en
carro, mediante interceptación armada; sometida a la impotencia, se le vendan
los ojos y se la transporta en el piso o en baúl del vehículo, al lugar de su
reclusión, luego de tomar rutas sinuosas para desorientarla; poco después se ponen
en contacto con los familiares del secuestrado, mediante carta escrita en
máquina o por llamada telefónica o utilizando como emisario al eventual
acompañante de la víctima; por cualquiera de esos medios dan cuenta del
secuestro y solicitan un rescate en cuantía que guarda relación con las
disponibilidades económicas con la familia del secuestrado; se inicia entonces
un período de contactos durante los cuales los delincuentes suelen “demostrar”,
con el envío de efectos personales o de notas íntimas, que la víctima está aún
viva, y que culmina con un acuerdo sobre el monto del rescate. En esta fase de
la operación, exigen que determinada persona traslade el dinero –en billetes
usados, sin marca y de baja denominación– a cierto lugar donde recibirá nuevas instrucciones,
las que finalmente lo conducen a un sitio en el que lo recibe alguien que, a su
vez, lo entrega al jefe de la banda. Después proceden a vendar de nuevo a la
víctima, la transportan así en carro y la abandonan en un lugar desde donde le
sea posible llegar a su casa.
REFERENCIA
bibliográfica:
Criminología. ALFONSO REYES
ECHANDÍA. Editorial Temis. 2003. pp. 231, 232.
La
frase del día:
“En los momentos de
crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento” Albert Einstein