Dentro de la ciencia militar, la contrainsurgencia es particularmente complicada. Existe fuera de la ley internacional que regula la guerra, ya que no es un enfrentamiento entre los dos ejércitos de dos países enemistados. Se trata de una lucha del Estado contra algunos de sus civiles levantados en armas. Es difícil distinguir al enemigo, ya que se pierde entre la población general. Además, la existencia de una insurgencia implica que los ciudadanos desconfían masivamente de su propio Estado. Recuperar esa confianza es complejo, sobre todo si se tiene apoyo de alguna fuerza extranjera que puede verse como un ejército de ocupación. En muchos sentidos, las contrainsurgencias son guerras eternas que no se ganan definitivamente. Por ende, muchos países practican la contrainsurgencia preventiva: quieren evitar que el descontento político normal degenere en una insurgencia (Guarnaccia 2021; MCoE 2018, O’Hanlon 2008; Plakoudas 2020).
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La frase del día
"No siempre el que empieza con ventaja es el que triunfa"
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