La contrainsurgencia no es una acción militar exclusivamente. De hecho, su carácter político y civil es más importante. No solo se trata de derrotar militarmente a un grupo armado interno, sino de impedir que vuelva a surgir. Busca garantizar la legitimidad del Estado; es decir, que los actores políticos lo vean como un sistema válido dentro del cual se puede operar. Asimismo, busca obtener la simpatía de la población civil, algo que tiende a describirse como «ganarse los corazones y las mentes». Con estos elementos sociopolíticos, se busca desincentivar unirse a cualquier insurgencia futura (MCoE 2018; Plakoudas 2020).
Fuente electrónica de la información:
La frase del día
"No siempre el que empieza con ventaja es el que triunfa"
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