La ciberdefensa se divide principalmente en dos enfoques.
Ciberdefensa defensiva: Este enfoque se centra en la prevención, detección y respuesta a los ciberataques. Su objetivo es minimizar el impacto de los incidentes y proteger la integridad de los sistemas informáticos. Las acciones defensivas incluyen la implementación de firewalls, políticas de seguridad estrictas, auditorías periódicas y la creación de copias de seguridad para garantizar la recuperación de datos en caso de ser necesarios.
Ciberdefensa ofensiva: A diferencia de la defensiva, la ciberdefensa ofensiva se enfoca en adelantarse a las amenazas mediante acciones proactivas. Esto incluye la investigación de vulnerabilidades, el desarrollo de herramientas de defensa avanzadas y la simulación de ataques para identificar posibles puntos débiles en los sistemas. Su objetivo es reducir las amenazas antes de que puedan causar daño y mejorar las capacidades de defensa ante nuevos ataques.
Fuente electrónica de la información:
La frase del día
"Prepárate para lo peor, espera lo mejor y acepta lo que venga" [Hannah Arendt]
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