Modus operandi. Sus crímenes cometidos en la década de 1970 en California, Estados Unidos, se enfocaron en mujeres jóvenes y estudiantes. A pesar de su brutalidad y naturaleza perturbadora, Kemper era metódico, minucioso, organizado y no dejaba muchas pistas. Fue capturado gracias a su propia confesión.
Edmund Kemper, con un coeficiente intelectual de 145, es decir, muy superior al promedio, es clasificado como un asesino en serie organizado, sádico y con un nivel alto de inteligencia. Sus crímenes no eran impulsivos, sino planificados. Él escogía a sus víctimas, las secuestraba y luego las llevaba a lugares aislados. Era muy cuidadoso a la hora de borrar las evidencias.
Historia de su infancia. Tuvo una infancia extremadamente difícil, marcada por el abuso emocional y físico. Su madre, Clarnell, constantemente lo comparaba con su hermana y lo menospreciaba, diciéndole que nunca sería tan bueno como ella. Clarnell temía que el niño pudiese violar a sus hermanas, así que lo desterró a dormir solo en el sótano.
5.- Herida de la injusticia. Es una herida que surge en la infancia cuando un niño experimenta de manera repetida, situaciones que percibe como injustas o inequitativas. Estas experiencias afectan su desarrollo emocional y psicológico.
Fuente de la información: taller de perfiles criminales de asesinos en serie efectuado el 11-08-2025 por parte de Edufutura Servicios Educativos y el Centro Simón Rodríguez (CSR).
La frase del día
"Las palabras hermosas esconden a veces un corazón infame" • John Ronald Reuel Tolkien
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