Modus operandi. El principal motor de los asesinatos era la creencia de Manson en una inminente guerra racial. Las víctimas eran seleccionadas para ser "chivos expiatorios" o para sembrar el caos, con el objetivo de acelerar el inicio de esta guerra. Manson esperaba que los crímenes, que serían atribuidos a afroamericanos, provocaran una reacción violenta de la población blanca.
Se clasifica a Manson como un asesino intelectual y líder de culto. Su poder residía en su habilidad para crear y mantener un grupo de seguidores leales y completamente sometidos a su voluntad. Utilizaba la manipulación psicológica, drogas, así como también un discurso mesiánico y delirante para controlar a sus acólitos.
Historia de su infancia. Durante su infancia, Manson sufrió un profundo sentimiento de abandono y rechazo. Uno de los eventos más traumáticos que relató fue cuando su madre, en un acto de desprecio, lo "vendió" a una camarera por una jarra de cerveza. Aunque días después fue recuperado por su tío, este incidente dejó una marca indeleble en su psique, contribuyendo a su desconfianza y resentimiento hacia los demás.
4.- Herida de la traición. Sucede cuando los padres o cuidadores traicionan a los niños y no cumplen con las expectativas de padres, madres o cuidadores ideales, así como también cuando no cumplen con las promesas que realizan o se encargan de revelar hechos íntimos o secretos personales.
Fuente de la información: taller de perfiles criminales de asesinos en serie efectuado el 11-08-2025 por parte de Edufutura Servicios Educativos y el Centro Simón Rodríguez (CSR).
La frase del día
"La calma precede a la tormenta"