La Segunda
Enmienda a la Constitución de los
Estados Unidos de América es parte de la
llamada Carta de Derechos aprobada el 15 de diciembre de 1791. En síntesis, da
el derecho a la posesión de armas. En los Estados Unidos de América la ley da
pocas limitaciones para portar armas.
Sentencia de la Corte Suprema de junio de 2010
El 28 de
junio de 2010 la Corte
Suprema de los Estados Unidos sentenció que ninguna ley
estatal o local puede restringir el derecho a poseer o portar armas que
reconoce la Segunda
Enmienda.
- Tal como fue aprobado por el Congreso:
A well regulated
Militia, being necessary to the security of a free State, the right of the people to keep
and bear Arms, shall not be infringed.
Siendo
necesaria una Milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado libre, el
derecho del pueblo a poseer y portar Armas, no será infringido.
- Tal como fue ratificado por los Estados:
A well regulated militia
being necessary to the security of a free
State, the right of the People to keep and bear arms
shall not be infringed.
Siendo
necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado libre, el
derecho del Pueblo a poseer y portar armas no será infringido.
Orígenes
El
derecho a la posesión de armas surgió en Inglaterra en la Edad Media, cuando eran
sentados los precedentes del Derecho anglosajón (Common Law) y la
monarquía parlamentaria. En 1181 Enrique II promulgó una ley que requería a
todo hombre libre a tener armas al servicio del rey. Es decir, el derecho a la
posesión de armas estaba ligado al servicio militar.
En 1689
fue reconocido el derecho a poseer armas para defensa personal -únicamente para
los protestantes –en la que es su interpretación moderna. Este derecho formó
parte de la Declaración
de Derechos (Bill of Rights) del mismo año, que se incluye en la actual
Constitución no escrita del Reino Unido. El derecho a poseer armas, como el
resto del derecho anglosajón, fue exportado a Estados Unidos, Canadá, Australia
y otros territorios.
Ahora
bien, en las décadas siguientes a la promulgación, el Parlamento británico
impuso numerosas restricciones que acabaron por abolir este derecho. La
excepción fueron las Trece Colonias inglesas en Norteamérica: no sólo lo
mantuvieron, sino que la metrópolis le cedió su regulación a sus autoridades
locales. Y con la
Independencia de los Estados Unidos la posesión de armas se
convirtió en un derecho consagrado.
Los
partidarios del control se justifican en el supuesto incremento de la
delincuencia y la criminalidad, un hecho ampliamente discutido, y a menudo
apelan también a las "amenazas a la seguridad nacional". Por ejemplo,
en el período de entreguerras los estados europeos controlaban las armas como
prevención ante el comunismo, y actualmente el terrorismo islamista es
esgrimido como nuevo argumento. Por su tradición, Estados Unidos aplica una
solución contraria y permite a los ciudadanos tener armas para su defensa. De
cualquier modo la mayoría de los países se reservan el control de las armas,
impidiendo el acceso a los ciudadanos.
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