DELITOS FARMACOLÓGICOS
UN GRAVE PELIGRO PARA LA SALUD PÚBLICA
Se observa actualmente un aumento
significativo en la fabricación, el comercio y la distribución de instrumental
médico y fármacos falsos, robados o ilícitos. Numerosos pacientes de todo
el mundo ponen en peligro su salud, e incluso sus vidas, al consumir sin
saberlo medicamentos falsos o auténticos que han sido adulterados o mal
almacenados o han caducado.
Los fármacos ilegales pueden
carecer del principio activo o contener una dosis inadecuada de él u otro
ingrediente distinto. Conllevan una serie de peligros y, en el peor de los
casos, pueden llegar a provocar ataques al corazón, el coma o la muerte.
La lucha contra la falsificación
de medicamentos resulta esencial para garantizar la calidad de los productos
comercializados y proteger la salud pública a escala mundial.
La expansión creciente de
productos falsos o ilícitos se ha exacerbado debido al aumento de las
transacciones a través de Internet, donde se pueden comprar de manera fácil,
barata y sin receta. Resulta imposible cuantificar la magnitud del problema,
pero se calcula que en algunos lugares de África, Asia y América Latina los
productos médicos falsos pueden llegar a representar hasta un 30% del mercado.
EL PROBLEMA DE LA DELINCUENCIA ORGANIZADA
Las redes de delincuencia
organizada se sienten atraídas por los pingües beneficios que se pueden obtener
de los delitos farmacológicos. Operan más allá de las fronteras nacionales y
sus actividades comprenden la importación, exportación, fabricación y
distribución de medicamentos falsos e ilícitos. Así pues, para identificar,
investigar y enjuiciar a los delincuentes responsables de tales delitos, es
esencial una actuación coordinada e intersectorial a escala internacional.
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