La historia moderna de Afganistán está marcada por el conflicto y la intervención extranjera. De hecho, Afganistán ha atravesado distintas invasiones a lo largo de su existencia por parte de imperios como el de Alejandro Magno o Gengis Khan. Empero, sería en 1979 cuando la Unión Soviética invadió el país con el propósito de sostener al gobierno comunista de Kabul frente a la creciente resistencia islámica. Este conflicto, que se extendió por una década, generó el surgimiento de los muyahidines, un grupo de combatientes islámicos respaldados por Estados Unidos, Pakistán y Arabia Saudita. Bajo el marco de la Guerra Fría, la CIA puso en marcha la Operación Cyclone, un programa multimillonario de financiamiento y armamento.
Tras la retirada soviética -en 1989-, Afganistán quedó sumido en una guerra civil entre las distintas facciones muyahidines que se disputaban el control del país. En medio del caos, surgió un movimiento liderado por estudiantes de escuelas religiosas islámicas (madrassas) en Pakistán, conocido como los Talibanes (plural de talib, que significa estudiante en árabe). Su objetivo era restablecer el orden y aplicar una interpretación estricta de la sharía. De hecho, en 1996, los Talibanes lograron tomar el control de Kabul, estableciendo el Emirato Islámico de Afganistán, donde impusieron un régimen teocrático basado en una visión ultraconservadora del Islam -a pesar de tener diferencias con las otras ramas sunitas como ya veremos-.
Fuente electrónica de la información:
La frase del día
"Sin riesgo no hay historia"
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Su comentario será respondido a la brevedad. ¡Gracias por comentar!