“está en la naturaleza
de los soldados el resistir cuando están cercados, combatir hasta la muerte
cuando no existe otra solución y, cuando están desesperados, obedecer
ciegamente.” El Arte de la Guerra.
SUN TZU. p. 158
El caso Marbury contra Madison (5 U.S. 137 1803) es
un proceso judicial abordado ante la Corte Suprema de los Estados Unidos y
resuelto el 1803. El caso surgió como resultado de una querella política a raíz
de las elecciones presidenciales de 1800, en las que Thomas Jefferson,
republicano demócrata, derrotó al entonces presidente, John Adams, federalista.
En los últimos días del gobierno saliente de Adams, el Congreso dominado por
los federalistas, estableció una serie de cargos judiciales, entre ellos 42
jueces de paz para el Distrito de Columbia. El Senado confirmó los
nombramientos, el presidente los firmó y el secretario de Estado estaba encargado
de sellar y entregar las actas de nombramiento. En el ajetreo de última hora,
el secretario de Estado saliente no entregó las actas de nombramiento a cuatro
jueces de paz, entre los que se contaba a William Marbury.
El nuevo secretario de Estado del gobierno del presidente
Jefferson, James Madison, se negó a entregar las actas de nombramiento porque
el nuevo gobierno estaba irritado por la maniobra de los federalistas de tratar
de asegurarse el control de la judicatura con el nombramiento de miembros de su
partido justo antes de cesar en el gobierno. Sin embargo Marbury recurrió al Tribunal
Supremo para que ordenara a Madison entregarle su acta.
Si el Tribunal fallaba a favor de Marbury, Madison todavía
podría negarse a entregar el acta y el Tribunal no tendría manera de hacer
cumplir la orden. Si el Tribunal se pronunciaba contra Marbury, se arriesgaba a
someter el poder judicial a los jeffersonianos al permitirles negar a
Marbury el cargo que podía reclamar legalmente. El presidente del Tribunal
Supremo John Marshall resolvió este dilema al decidir que el Tribunal Supremo
no estaba facultado para dirimir este caso. Marshall dictaminó que la Sección
13 de la Ley Judicial, que otorgaba al Tribunal estas facultades, era
inconstitucional porque ampliaba la jurisdicción original del Tribunal de la
jurisdicción definida por la Constitución misma. Al decidir no intervenir en
este caso, el Tribunal Supremo aseguró su posición como árbitro final de la ley.
La frase del día:
“está en la naturaleza
de los soldados el resistir cuando están cercados, combatir hasta la muerte
cuando no existe otra solución y, cuando están desesperados, obedecer
ciegamente.” El Arte de la Guerra.
SUN TZU. p. 158
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Su comentario será respondido a la brevedad. ¡Gracias por comentar!