“Si me engañas una vez, la culpa es tuya. Si me engañas dos
veces, la culpa es mía”
ROBO de automóviles.
Los métodos para la
consumación de este delito son muy variados. He aquí los más comunes:
1.- Mediante el empleo
de llaves duplicadas, que el delincuente obtiene sustrayendo las originales de
los aparcaderos y surtidores de gasolina.
2.- Apoderándose
simplemente del vehículo que su propietario ha dejado momentáneamente en la vía
pública con las puertas sin seguro y las llaves dentro de él.
3.- Utilizando llaves
falsas, maestras o ganzúas que el “jalador” lleva consigo y que, manejadas con
destreza, le permiten abrir el carro en pocos segundos y luego ponerlo en
marcha mediante un proceso directo de ignición.
4.- Violando con fractura,
cerraduras o vidrios, o rompiendo la capota de lona que cubre los camperos.
5.- Remolcando el
vehículo estacionado en la vía pública con la ayuda de otro automotor,
pretextando daño mecánico en el carro que se va a sustraer.
6.- Asaltando al conductor
del vehículo con el empleo de armas y obligándolo a entregar las llaves del
automotor; en las ciudades se aprovecha la coyuntura de la detención del carro
ante un semáforo, y en las carreteras se obstruye la vía con algún obstáculo o
se solicita de “auto-stop”.
7.- Hay modalidades
especiales que llevan envueltas otras formas criminosas, como el auto-robo del
propietario para cobrar un seguro, o el robo fingido de un vehículo que se ha
rifado, para eludir el cumplimiento de la obligación de entregarlo al ganador,
obligación que se sustituye por la de dar una suma de dinero inferior al valor
real del automotor.
REFERENCIA bibliográfica:
Criminología. ALFONSO
REYES ECHANDÍA. Editorial Temis. 2003. pp. 193, 194.
“Si me engañas una vez, la culpa es tuya. Si me engañas dos
veces, la culpa es mía”
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