“Si realmente quieres hacer algo,
encontrarás la forma de hacerlo, en caso contrario, encontrarás una excusa”
CORRUPCIÓN y crimen
organizado
Si bien la corrupción administrativa no está
necesariamente supeditada a la delincuencia organizada, es evidente que
constituye mecanismo preferentemente utilizado por esta para mantener y
acrecentar el ritmo de sus actividades criminales. Prevaricatos, peculados,
quiebras fraudulentas de empresas oficiales, subsidios, adjudicación ilegal de
contratos, exenciones tributarias de hecho, bonificaciones a empleados
oficiales, cuantiosos aportes económicos para financiar campañas electorales,
son los más comunes mecanismos de corrupción que las mafias utilizan para
conseguir sus objetivos.
Y esto ocurre tanto en países subdesarrollados como en
aquellos altamente industrializados; la diferencia radica –como lo expresa
López Rey– solamente en las cantidades que se requieren para corromper, muchos
mayores en estos que en aquellos.
Las estadísticas criminales, desde luego, no son
termómetro adecuado para medir la magnitud de la delincuencia derivada de estas
prácticas porque, dada la categoría de sus protagonistas, es mínima la
probabilidad de que sean objeto de investigación penal; no obstante, su efecto
criminógeno es innegable, porque al ser conocidas por el grupo social, este
pierde fe en las instituciones represivas del Estado, se va familiarizando con
tales prácticas y termina por cohonestarlas o participar en ellas.
REFERENCIA
bibliográfica:
Criminología. ALFONSO REYES ECHANDÍA. Editorial Temis.
2003. p. 166.
La frase del día:
“Si realmente quieres hacer algo,
encontrarás la forma de hacerlo, en caso contrario, encontrarás una excusa”
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