Desde la antigüedad, la filosofía del antiguo estratega Sun Tzu ha guiado la táctica china: “La mejor victoria es vencer sin combatir”. Esta idea, descrita en El Arte de la Guerra, sigue siendo el pilar de la política exterior china. A diferencia de otras agencias de inteligencia que recurren al uso directo de la fuerza, como el Mossad, el MSS opera en las sombras, priorizando la recopilación de información, el diseño de acuerdos estratégicos y, sobre todo, manteniendo bajo llave los secretos más comprometedores.
El MSS actúa como una extensión del PCCh, manteniendo un control férreo sobre los intereses nacionales y consolidando la posición de China en el tablero internacional. Pero, como narra Alex Joske en su libro Espías y Mentiras, el MSS no solo protege, sino que manipula. Joske relata un caso impactante que involucró al magnate George Soros, empresario fundador de Open Society, y al escritor Liang Heng, quienes, convencidos de que podían fomentar una China más liberal, crearon el “Fondo para China”. Para operar, se asociaron con el Centro Internacional de Intercambio Cultural de China (CICEC).
El co-presidente del CICEC, Yu Enguang, los convenció para que el fondo sea administrado por él. Sin saberlo, terminaron financiando una agenda radicalmente opuesta, dado que Yu Enguang era un agente encubierto del MSS.
Fuente electrónica de la información:
La frase del día
"En lo básico está la grandeza"
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