¿Te imaginas salvar, en menos de dos horas y sin que nadie lo note, a un grupo de rehenes a más de 3500 kilómetros de tu país? Pues un país tan pequeño como Israel realizó este rescate en el corazón de África y regresó victorioso. En 1976, el secuestro de un avión con 248 pasajeros en ruta de Atenas a París puso a prueba las capacidades del Mossad. El vuelo fue desviado hacia Entebbe, Uganda, donde la organización Frente Popular para la Liberación de Palestina – Maniobras Externas en alianza con Células Revolucionarias, tomaron el avión, liberaron a los pasajeros que no eran judíos, dejando a los israelíes como rehenes y exigieron un alto precio político.
Frente a esta crisis, Israel enfrentó una decisión: negociar o ejecutar una operación de rescate casi suicida. Optaron por lo segundo. En un vuelo nocturno, manteniéndose a una altura extremadamente baja para evitar los radares enemigos, un equipo de élite aterrizó en Uganda. En solo 90 minutos, neutralizaron a los secuestradores y liberaron a 102 rehenes, un total éxito. Esta operación no solo marcó un precedente en tácticas de rescate, sino que también reafirmó el compromiso de Israel de proteger a sus ciudadanos, sin importar dónde estén.
Fuente electrónica de la información:
La frase del día
"En lo básico está la grandeza"
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