"Se
trata de una joven que acostumbrada a hacer ejercicios por el corta fuego en el
cerro el Ávila de Caracas. Este sitio era frecuentado por un hombre que pasaba
totalmente inadvertido, pues era muy sociable; sin embargo, tenía severos
trastornos mentales y experimentaba fantasías sexuales con las damas que
concurrían al lugar. El delincuente tenía antecedentes criminales por el delito
de hurto y había sido despedido de su empleo por acosar sexualmente a una
compañera de trabajo. El individuo cuando subía al Ávila para hacer ejercicio,
mantenía una actitud amigable. No era el típico deportista: sus características
fisonómicas no eran llamativas, por lo que podía pasar inadvertido entre la
gente.
Una mañana bajo los efectos de las drogas, decidió
"hacer ejercicio" y darle rienda suelta a sus fantasías. Coincidió
con la joven, asidua visitante del Ávila, y le propuso acompañarla.
Aparentemente, ella lo interpretó como un gesto de amabilidad, porque en otras
oportunidades había visto al "deportista". El acosador sexual usando
un arma blanca, sacó de la concurrida ruta a la joven, la condujo a un lugar
apartado y la violó. En algún momento la mujer trató de huir, pero él la
sometió con todas sus fuerzas, lo que trajo por consecuencia la muerte por
asfixia de la dama. Una víctima que llamaba la atención por su juventud
y no supo interpretar las señales de alerta, un delincuente que se
mimetizó para acecharla... sólo faltaba la oportunidad, y aquella desafortunada
mañana se cerró el Triángulo del Delito"
Fuente: GUÍA ANTICRIMEN. Iván Simonovis. pp.24,
25. Caracas-Venezuela. Septiembre, 2011.
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