En la
zona de los nichos del Cementerio General del Sur, lugar lleno de historias
inéditas, fueron hallados el 30 de octubre de 2012 los restos del joven
desaparecido hace más de cuatro décadas.
La
responsabilidad y transparencia de todo el equipo de expertos llevó a realizar
16 exhumaciones, de las cuales solo una, cumplió con las características
compatibles de variables generales (sexo, edad, estatura, afinidad racial y
contextura física), según los datos pre mortem obtenidos con los familiares.
A través de las
pesquisas realizadas, se logró la ubicación de un trabajador del mencionado
camposanto, que laboraba para la época en el lugar. Se hicieron las diligencias
pertinentes y se logró dar con paradero. En la actualidad, alejado del
mundo de los cementerios, el hombre de avanzada edad recordó que en el año 1973
mientras se realizaba una exhumación para el traslado de un cadáver hacía el
Cementerio del Este, observó cómo llegaron varios hombres que le dieron
sepultura a un cuerpo.
Destacó, el ahora
testigo, que a ese muerto nadie lo lloraba, “estos extraños hombres venían
solos, hicieron lo comentado y se retiraron” declaró.
Aquel recuerdo no se
borró de la memoria del sepulturero, quien luego de trabajar varios años en el
camposanto no había visto que enterraran un cuerpo en esas condiciones y menos
pasadas las 3:30 de la tarde, pues a esa hora no se realizaban estas labores.
El hombre señaló el lugar donde observó la extraña inhumación.
Las expectativas eran
mayores con los aportes dados por el testigo. Un ladrillo que fungía como
lápida, identificado con una numeración, escondía detrás el enigma.
Tras remover la lámina
de cemento, extraer del nicho la urna de latón oxidada, color marrón, y
abrirla, se halló una osamenta correspondiente al sexo masculino, que según los
estudios antropológicos y odontológicos, presentaba una edad aproximada de 25 a 29 años al momento de su
muerte.
La
apertura de aquella urna develó a los expertos que se encontraban posiblemente
ante la presencia de la osamenta de quien en vida respondiera al nombre de
Noelis Rodríguez Mata.
Solo unas medias negras
recubrían sus pies.
Luego de realizar las
respectivas fijaciones fotográficas, se procedió a trasladar la osamenta a la Unidad Criminalística
del Ministerio Público, cumpliendo previamente con lo contenido en el Manual Único de Procedimientos en Materia de Cadena de Custodia de Evidencias Físicas
Un nuevo elemento se
unió a las averiguaciones que se llevaban a cabo ese día ¿Había sido registrado
en los libros de actas la inhumación de Noel?
Los investigadores y
expertos, tras una petición de los Fiscales de la causa, se trasladaron hasta
los archivos del camposanto para realizar una inspección técnica al libro de Registro
de Defunciones, específicamente del año 1970.
Las páginas amarillas y
desgastadas por el paso del tiempo detallaban que en el nicho (utilizado para
prestar un servicio de resguardo momentáneo) donde fue encontrado Noel
Rodríguez, había sido enterrado un hombre de 38 años, quien habría fallecido
tras recibir un disparo en el cuello.
Una característica se
puso de manifiesto en el reglón dónde estaba escrito el nombre antes
mencionado.
Una marca de dos equis
saltó a la vista de los investigadores.
La doble equis, según
versión de los funcionarios del área administrativa del cementerio, indicaba
que un cuerpo había sido exhumado y trasladado a otro lugar.
Eso explicaba el por
qué el nicho dónde fue encontrado Noel Rodríguez aparecía registrado bajo otro
nombre y se encontraba vacío para resguardar el cuerpo del joven desaparecido
en el año 1973.
Fuente de la información: http://criminalistica.mp.gob.ve/caso-noelis-noel-rodriguez-mata/
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