5 de julio de 2016

05-07-2016 Noel

Se despeja el enigma

En la zona de los nichos del Cementerio General del Sur, lugar lleno de historias inéditas, fueron hallados el 30 de octubre de 2012 los restos del joven desaparecido hace más de cuatro décadas.

La responsabilidad y transparencia de todo el equipo de expertos llevó a realizar 16 exhumaciones, de las cuales solo una, cumplió con las características compatibles de variables generales (sexo, edad, estatura, afinidad racial y contextura física), según los datos pre mortem obtenidos con los familiares.

A través de las pesquisas realizadas, se logró la ubicación de un trabajador del mencionado camposanto, que laboraba para la época en el lugar. Se hicieron las diligencias pertinentes y se logró dar con paradero. En la actualidad, alejado del mundo de los cementerios, el hombre de avanzada edad recordó que en el año 1973 mientras se realizaba una exhumación para el traslado de un cadáver hacía el Cementerio del Este, observó cómo llegaron varios hombres que le dieron sepultura a un cuerpo.

Destacó, el ahora testigo, que a ese muerto nadie lo lloraba, “estos extraños hombres venían solos, hicieron lo comentado y se retiraron” declaró.

Aquel recuerdo no se borró de la memoria del sepulturero, quien luego de trabajar varios años en el camposanto no había visto que enterraran un cuerpo en esas condiciones y menos pasadas las 3:30 de la tarde, pues a esa hora no se realizaban estas labores. El hombre señaló el lugar donde observó la extraña inhumación.

Las expectativas eran mayores con los aportes dados por el testigo. Un ladrillo que fungía como lápida, identificado con una numeración, escondía detrás el enigma.

Tras remover la lámina de cemento, extraer del nicho la urna de latón oxidada, color marrón, y abrirla, se halló una osamenta correspondiente al sexo masculino, que según los estudios antropológicos y odontológicos, presentaba una edad aproximada de 25 a 29 años al momento de su muerte.

La apertura de aquella urna develó a los expertos que se encontraban posiblemente ante la presencia de la osamenta de quien en vida respondiera al nombre de Noelis Rodríguez Mata.

Solo unas medias negras recubrían sus pies.

Luego de realizar las respectivas fijaciones fotográficas, se procedió a trasladar la osamenta a la Unidad Criminalística del Ministerio Público, cumpliendo previamente con lo contenido en el Manual Único de Procedimientos en Materia de Cadena de Custodia de Evidencias Físicas

Un nuevo elemento se unió a las averiguaciones que se llevaban a cabo ese día ¿Había sido registrado en los libros de actas la inhumación de Noel?

Los investigadores y expertos, tras una petición de los Fiscales de la causa, se trasladaron hasta los archivos del camposanto para realizar una inspección técnica al libro de Registro de Defunciones, específicamente del año 1970.

Las páginas amarillas y desgastadas por el paso del tiempo detallaban que en el nicho (utilizado para prestar un servicio de resguardo momentáneo) donde fue encontrado Noel Rodríguez, había sido enterrado un hombre de 38 años, quien habría fallecido tras recibir un disparo en el cuello.

Una característica se puso de manifiesto en el reglón dónde estaba escrito el nombre antes mencionado.

Una marca de dos equis saltó a la vista de los investigadores.

La doble equis, según versión de los funcionarios del área administrativa del cementerio, indicaba que un cuerpo había sido exhumado y trasladado a otro lugar.

Eso explicaba el por qué el nicho dónde fue encontrado Noel Rodríguez aparecía registrado bajo otro nombre y se encontraba vacío para resguardar el cuerpo del joven desaparecido en el año 1973.

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