Palau no ha sido invadido ni ha sufrido conflictos bélicos desde su independencia, pero vive bajo constante presión geopolítica. A pesar de su tamaño, ejerce un poder simbólico y estratégico desproporcionado: es una democracia estable, aliada fiel de EE.UU. y un actor activo en foros sobre cambio climático, pesca y seguridad marítima. En un escenario de creciente militarización del Pacífico, Palau representa un modelo de desmilitarización parcial que se apoya en el respaldo de potencias aliadas y en una diplomacia firme que no necesita tanques para marcar límites.
Fuente electrónica de la información:
La frase del día
"El lujo no sonríe"
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