Nunca ha enfrentado amenazas militares directas desde su fundación como Estado moderno, gracias a su neutralidad permanente reconocida internacionalmente, a su enclave dentro de Italia y a su rol único en el equilibrio cultural y religioso global. En lugar de armas, el Vaticano despliega una forma de poder blando de alto nivel: autoridad moral, legitimidad histórica y una capacidad única de mediación global. En un mundo obsesionado con la fuerza, el Vaticano representa la posibilidad de una soberanía basada en lo simbólico, lo religioso y lo diplomático.
Fuente electrónica de la información:
La frase del día 
"El lujo no sonríe"
 
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