Es fundamental poder atacar este tipo de problema a través de la prevención con programas y campañas que sirvan para sensibilizar a la población sobre el impacto de este tipo de delincuencia. Además, son necesarias políticas que atajen el problema de raíz, llamando a la responsabilidad individual y corporativa, y fomentando la cultura de la ética empresarial.
Así, y para finalizar, me gustaría destacar, tal y como señala Sutherland, que los delitos de cuello blanco han sido cometidos por «corporaciones contra […] consumidores competidores, accionistas y otros inversores, inventores y empleados, así como contra el Estado en la forma de fraude a impuestos y soborno de funcionarios públicos. Estos delitos […] son actos deliberados y tienen una relativa unidad consistente». Esta delincuencia también nos afecta a todos y no debemos dejarla a un lado.
Fuente electrónica de la información:
La frase del día
"Cada vez que se cierra una puerta, se abre una ventana"
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