La seguridad corporativa y la inteligencia no solo se limitan a la protección frente a amenazas externas, sino que también abarcan la gestión de riesgos internos que pueden poner en peligro el bienestar de la empresa. Esto incluye la protección frente a fraudes, errores humanos, filtración de información confidencial o incluso sabotajes internos. La implementación de sistemas de inteligencia puede detectar patrones sospechosos y prevenir incidentes antes de que se materialicen, lo que reduce significativamente el impacto que estos podrían tener en las operaciones diarias. En este sentido, contar con un equipo capacitado en inteligencia y contrainteligencia es esencial para lograr una gestión integral de la seguridad empresarial.
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La frase del día
"La comodidad no forja almas fuertes"
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