Esta máxima aconseja actuar con precaución jurídica, incluso en exceso, para prevenir conflictos o litigios futuros. Es un principio prudencial que se aplica mucho en la redacción de contratos y diseño de políticas legales.
• La precaución excesiva no perjudica.
La frase del día
"Un caballo de guerra nunca baila en una boda"
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