La
palabra “forense” viene del adjetivo latino forensis,
que significa “perteneciente o relativo al foro”. En la antigua Roma, una
imputación por crimen suponía presentar el caso ante un grupo de personas
notables en el foro. Tanto la persona que se le acusaba por haber cometido el
crimen como el denunciante tenían que explicar su versión de los hechos. La
argumentación, las pruebas y el comportamiento de cada persona determinaban el
veredicto del caso.
Bibliografía. Criminalística Básica
para estudiante. Zuraima Colón. Editores hermanos vadell.
Caracas-Venezuela-Valencia 2014. pp. 19, 20.
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