Las motivaciones que llevan a las personas a convertirse en agentes dobles son variadas y complejas. Desde razones ideológicas, como un cambio de ideología o la desilusión con el propio país, hasta la coerción, donde las personas se enfrentan a chantajes o amenazas para espiar, pueden variar las motivaciones del espionaje.
Los incentivos financieros también juegan un papel importante, ya que la promesa de recompensas monetarias sustanciales puede tentar a los individuos a traicionar a su país u organización.
Además, otra posible motivación podrían ser los agravios personales. En ocasiones, los agentes sienten que su organización les ha hecho daño o desean vengarse de su propia organización por la razón que causó sus agravios.
El secretismo y las mentiras rodean la vida de un agente doble. El agente debe mentir a todos a su alrededor y convencerse de sus propias mentiras. Estas mentiras a menudo pueden generar confusión, ya que es crucial integrarse en el mundo de la inteligencia con un fuerte propósito y una idea clara de su tapadera. A veces, todas estas mentiras y la creación de personajes y personalidades falsas pueden llevar a una persona a perder su identidad y su propósito ideológico.
Fuente electrónica de la información:
La frase del día
"Sólo un tonto prueba la profundidad de un río con ambos pies"
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