A partir del siglo XXI, la manipulación informativa ha pasado de ser una estrategia de guerra y softpower a favor de un movimiento o una revolución, a convertirse en un instrumento clave en campañas políticas, crisis diplomáticas y conflictos híbridos, donde las narrativas pueden moldear la realidad más que la fuerza militar directa. No obstante, realizar estas operaciones a nivel político y militar se encuentran en una zona gris legal, ya que, si bien no están explícitamente prohibidas, su aplicación puede entrar en conflicto con principios de derecho internacional y derechos humanos. Algunos límites clave incluyen:
• Prohibición de la incitación al genocidio o crímenes de guerra (según la Convención de Ginebra).
• Restricciones en la manipulación o a la apología de la opinión pública en contextos electorales, aunque estas restricciones son difíciles de hacer cumplir en el ámbito digital.
• Ética en la publicidad y propaganda, donde ciertas regulaciones impiden la desinformación deliberada en medios de comunicación.
Fuente electrónica de la información:
La frase del día
"La visión es el arte de ver las cosas invisibles" - Jonathan Swift
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