Curiosamente, en un juicio el procesado es la única persona a quien no se le toma juramento o promesa, precisamente porque tiene derecho a mentir, al contrario que los testigos, víctimas, peritos, etc.
Todo funcionario debe tener presente los derechos del imputado, debe realizar la lectura de tales derechos y su comprensión al detenido (firma del acta), ya que de lo contrario puede llevar a la nulidad del interrogatorio y de todo lo que se averigüe como consecuencia del mismo, cayendo así en la doctrina anglosajona conocida como "fruto del árbol envenenado".
Fuente electrónica de la información:
La frase del día
"La autenticidad no se vende por gala"
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