A pesar de la centralización de Velázquez, la enorme extensión del Imperio donde no se ponía el sol, facilitó que los agentes a sueldo de las embajadas, de los virreyes, de los gobernadores o de los capitanes generales continuaran operando de forma autónoma. Los informes que llegaban a la corte, por diferentes vías y fuentes, eran discutidos y el criterio del espía mayor se sometía al de los validos, de los Consejos de Estado y de Guerra y, por encima de todos, la opinión del Rey.
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La frase del día
"Sólo vives una vez, pero si juegas bien tus cartas, una vez es suficiente"
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