El OSINT tiene aplicaciones tan diversas como poderosas. Como ya adelantamos, se utiliza para mapear conflictos armados, anticipar amenazas cibernéticas, monitorear elecciones, identificar campañas de desinformación, rastrear redes criminales, detectar fraudes financieros o incluso investigar violaciones de derechos humanos. En guerras modernas como la de Ucrania, analistas OSINT han logrado localizar movimientos de tropas rusas antes que lo hagan las agencias oficiales, gracias a la geolocalización de imágenes publicadas por soldados en redes, combinadas con mapas satelitales públicos -foto adjuntada al inicio del artículo-. En otras palabras, permite que cualquier conflicto deje de ser invisible.
En América Latina, el OSINT ha sido fundamental para monitorear dinámicas de protestas sociales, descubrir redes de corrupción mediante el cruce de registros mercantiles y licitaciones públicas, y anticipar estallidos de violencia que los gobiernos no supieron prever. En el sector privado, se usa para auditorías reputacionales, análisis de competencia, ciberseguridad corporativa y prevención de fugas de información. Incluso las ONG y medios de investigación lo aplican para documentar crímenes de guerra.
Fuente electrónica de la información:
La frase del día
"Las mentiras más grandes están cubiertas de azúcar"
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