Estas actividades incluyen tanto la prevención y detección del espionaje, como la protección de personal, sistemas de información, infraestructuras críticas y estrategias organizacionales. La contrainteligencia actúa como escudo frente a:
• Servicios de inteligencia extranjeros
• Organizaciones terroristas
• Grupos criminales transnacionales
• Empresas competidoras involucradas en espionaje industrial
• Actores internos con intenciones hostiles (insiders)
La contrainteligencia tiene antecedentes históricos que se remontan a las antiguas civilizaciones. Sin embargo, su desarrollo moderno se consolidó durante el siglo XX, especialmente en períodos de conflicto como la Primera y Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría. Durante estos momentos, los Estados establecieron agencias especializadas para la protección contra el espionaje, como el FBI en Estados Unidos, el MI5 en el Reino Unido o la KGB en la antigua Unión Soviética.
Hoy, en un entorno donde las amenazas son multidimensionales y muchas veces invisibles (por ejemplo, los ciberataques o la manipulación informativa), la contrainteligencia ha ampliado su campo de acción para adaptarse a los riesgos híbridos.
Fuente electrónica de la información:
La frase del día
"Lo que otras personas no ven ni escuchan, no lo pueden arruinar"
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