10 de septiembre de 2016

10-09-2016 Ventanas rotas

Frase reflexiva:
En un mundo de vigilancia total, la única libertad yace en no ser visto

TEORÍA DE LAS VENTANAS ROTAS

Un vidrio roto destruye una comunidad.

En 1969, en la Universidad de Stanford (EE. UU), el profesor PHILLIP ZIMBARDO realizó un experimento de psicología social.

Dejó dos autos abandonados en la calle: la misma marca, modelo y hasta igual color. Uno lo dejó en el Bronx, una zona pobre y conflictiva de Nueva York; y el otro en Palo Alto, California: zona rica y tranquila; con especialistas en psicología social estudiando la conducta de la gente.

El auto abandonado en el Bronx comenzó a ser “canibalizado”: en pocas horas perdió las llantas, el motor, los espejos, la radio. Todo lo aprovechable se lo llevaron, y lo que no, lo destruyeron. No así el de Palo Alto.

Es muy común atribuir a la pobreza las causas del delito. Es esta atribución en la que coinciden las posiciones conservadoras. Tras siete días los investigadores rompieron entonces un vidrio del automóvil de Palo Alto.

Se desató el mismo proceso que en el Bronx: el robo, la violencia y el vandalismo aparecieron en el barrio bueno y decente.

¿Un vidrio roto en el auto abandonado era capaz de generar todo un proceso delictivo?

Aquí no se trataba de pobreza. Evidentemente, era algo que tenía que ver con la psicología humana y con las relaciones sociales.

Un vidrio roto en un auto abandonado transmite una idea de deterioro, de desinterés. Esa despreocupación que va rompiendo códigos de convivencia, como de ausencia de ley, de normas, de reglas, como que vale todo. Cada nuevo ataque al auto sin que nadie reaccionara, reafirmaba y multiplicaba la idea; hasta que la escalada de actos, cada vez peores, se volvía incontenible, desembocando en una violencia irracional. El vehículo acababa reducido a su mínima expresión.

Conclusión. El delito es mayor en las zonas donde el descuido, la suciedad, el desorden y el maltrato son mayores. Rompe el vidrio de una ventana en un edificio: si nadie lo repara, pronto estarán todos rotos.

Si una comunidad exhibe signos de deterioro, y esto no parece importarle a nadie, entonces allí se generará el delito. Primero, pequeñas faltas, casi travesuras; si no se combaten, pronto sube el nivel del problema.

Si se permiten actitudes violentas como algo normal en los niños, el patrón de desarrollo será cada vez mayor; y cuando estos niños sean adultos, actuarán de manera delictiva, pero sin reconocerlo.

Si los parques y otros espacios públicos deteriorados son progresivamente abandonados por la mayoría de la gente, esos mismos espacios abandonados por la gente son progresivamente ocupados por los delincuentes.

La gente abandona los cascos antiguos por su deterioro físico y caro mantenimiento, buscando casas nuevas. Esos barrios son ocupados por delincuentes, venta de drogas, prostitución; todo va junto.

La expresión “TOLERANCIA CERO” es la prevención y promoción de condiciones sociales de seguridad.

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Frase reflexiva:
En un mundo de vigilancia total, la única libertad yace en no ser visto

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